3 decisiones claves para el diseño de tu marca

3 decisiones claves para el diseño de tu marca

– Y no, no se pueden basar en tus gustos personales –

 

La imagen de marca es uno de los pilares fundamentales para que tus clientes comiencen a reconocerte y tenerte presente en sus mentes. No solo eso, si no que muchas veces la imagen de marca es la herramienta que pone la diferencia entre la posibilidad de aumentar tus precios considerablemente o tener que bajarlos al limite de casi no tener ganancias. Y ni hablemos de la diferencia que puede llegar a marcar frente a un competidor. Todos estos temas son a considerar para cualquier negocio que quiera mantenerse y progresar en el tiempo. Por eso, la creación de una buena imagen de marca es parada obligatoria en las tareas de un emprendimiento.

Ahora bien, crear una buena imagen no es tarea sencilla. Se deben tomar en cuenta muchos factores y decisiones en función de tu público objetivo y tu cliente ideal. Ninguna de estas elecciones puede estar basada en tu gusto personal. Por eso, acá te voy a presentar las elecciones principales que debés conocer a la hora de crear tu propia marca.

Color

El color es el elemento más pregnante de todas las decisiones que puedas tomar en referencia al diseño. Normalmente cuando la gente intenta recordar una marca puede no estar seguro de la forma del logo o la elección tipográfica pero probablemente puedan identificar los colores. Te voy a dar un ejemplo, si yo en este momento te nombro “Coca Cola”, capaz no sabés decirme cuantos firuletes tiene su tipografía pero sí cómo es el rojo que lo representa.

Entonces, dicho esto, podemos asegurar que el color no es algo que podamos dejar al azar. Tampoco es algo que podamos basar en nuestro gusto personal. ¿Por qué? Porque cada color genera una sensación que se transmite e impacta en el espectador (en este caso, nuestro posible cliente). Entonces mientras que un rojo como el de Coca Cola es vibrante y da sensación de energía, un rojo desaturado como el de Pinterest, me da una sensación más relajada como para quedarme scrolleando todo el día en mi casa.

Entonces, cuando elijamos la paleta cromática para nuestro emprendimiento es importante conocer dos cosas:
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¿Qué queremos comunicar? ¿Para qué publico?
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¿Qué comunican los colores que seleccioné? ¿Se adecúan al estilo de vida de mi cliente y a la personalidad de mi marca? ¿Lo que comunica ese color, es lo mismo que quiero comunicar yo?

Tipografía

Así como el color es lo más pregnante, la tipografía es lo primero en lo que la persona va a centrar su ojo. Las personas tendemos a tratar de leer todo lo que se nos cruce. Por más que la palabra esté en un idioma que no conocemos o esté tan deteriorado que sea practicamente ilejible, de una manera casi instintiva nuestro ojo va a intentar leerlo. Por eso, este es otro punto fundamental que no puede ser dejado al azar.

Así como el color genera sensaciones, la tipografía también. El mundo de las tipografías es enorme y no llegaríamos a verlo completo en esta nota. Por eso, te voy a pasar algunos tips prácticos para que comiences a utilizarlos en tu emprendimiento.

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No usar muchas tipografías diferentes a la vez.

Al tener muchos estilos diferentes, el ojo los toma como estímulos a los que debe prestar atención. El problema surge si tenemos en cuenta que solo somos capaces de atender a una cosa a la vez. Por lo tanto, si hay muchos mensajes y encima con distintas tipografías, nuestro cerebro se confunde y no recuerda ninguno con fuerza. Nuestro mensaje se diluye y el cliente no lo recordará.
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Mantener una jerarquía de lectura.

Es decir, para que una pieza se entienda correctamente es necesario que visualmente se puedan reconocer jerarquías. El título debería ser más grande que el texto y debería estar antes del mismo. Las bajadas o párrafos de legales deberían ser mucho más chicos aún que el texto principal. Los datos de contacto, redes sociales y logo no deben interferir con la idea principal que querés comunicar. El texto debe estar ordenado. Si ponemos párrafos separados o interrumpidos por imágenes, el mensaje no se entiende correctamente.
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Jugar con las variables.

Las variables tipográficas son por ejemplo el cambio entre el texto común cuando escribimos en word (regular), poner ese texto en negrita (bold) o pasarlo a cursiva (itálica). Las buenas tipografías vienen con muchas variables diferentes. Explotarlas es un buen recurso para que nuestra comunicación no se vuelva aburrida. No solo esto, si no que si utilizamos bien estas variables, podemos hacer que nuestro texto sea más recordable por el lector. Es decir, si nosotros resaltamos las frases o palabras claves en nuestro texto, es probable que la mente de nuestro cliente las capte más rápido y las retenga con más facilidad.

Para que se entienda mejor, te paso un ejemplo de un afiche que no supo cumplir con estos tips:

(Antes de seguir, me disculpo si hiero la sensibilidad del autor de esta pieza. Solo quiero mostrarlo como ejemplo.)

Este afiche es super confuso para una persona que recién lo ve. Tiene demasiadas tipografías y variables diferentes, cambia de color continuamente, no tiene estructura, las jerarquías de lectura no están claras, entre muchas correcciones más.

Lo peor, es que veo afiches de este estilo todo el tiempo. Si vos armás una pieza sin tener en cuenta estas cosas, lo más probable es que tu posible cliente lo vea y siga de largo sin leerlo. Mucho más si tenemos en cuenta la velocidad con la que consumimos información hoy en día. Un afiche que cuesta tanto leer, no vale la pena gastar tiempo en él.

Ni hablemos que un diseño de estas características, no se ve profesional. Lo primero que van a recibir los espectadores es que tu producto es de baja calidad.

Entonces si querés comunicar correctamente a tus clientes y que te recuerden, debés tener en cuenta el uso de las tipografías. Son fundamentales para que tu mensaje llegue con éxito.

Climas

El tercer punto es el estilo de tu emprendimiento. Para esto, es necesario tener bien en claro cuál es la personalidad de tu marca. ¿Es relajada o seria?, ¿Es vintage o moderna?, ¿Se dirige a adolescentes o a adultos? Imaginate a tu marca cómo si fuera una persona. ¿Cómo es? Qué le gusta? ¿Qué hace? ¿Cómo habla?

Todas estas preguntas te van ayudar a reconocer el estilo que querés darle a tu imagen. A partir de ahí, tenés que empezar a ver que recursos le quedan mejor. Capaz si tenemos una marca vintage, utilizar fotografias con filtros podría funcionar. Si queremos algo más moderno, podríamos utilizar vectores (íconos o imágenes que se crean por computadora. No son fotografías).

La clave está en buscar mucho. Investigá otras marcas que te gusten y transmitan un mensaje similar al tuyo. ¿Qué utilizan? ¿Fotos, vectores, tramas?

Cuando decidás que recurso querés aplicar a tu negocio, seguí investigando. Supongamos que elegí la fotografía, ¿Qué estilo me gusta le queda mejor a la personalidad de mi marca? ¿Fotografías en blanco y negro?, ¿Fotos de paisajes, de cosas, de personas?, ¿Que transmitan tranquilidad o que sean más dinámicas?

Acá te muestro dos negocios que se dedican a lo mismo pero su diseño demuestra que tienen una personalidad totalmente diferente:

Si vemos en detalle podemos comparar ambas marcas y notar cómo ambas muestran su personalidad de una manera alegre pero la segunda es mucho más enérgica (pareciera que apunta a un público más infantil) que la primera (que podría apuntar a un público joven-adulto). A su vez, la primera optó por mostrar su imagen aplicando tramas y la segunda mediante fotografías e ilustraciones. Todas estas decisiones, aunque parezcan detalles son las que forman la identidad de tu marca y transmiten un mensaje directo a tu público objetivo. Por eso, no lo podemos dejar al azar ni basarnos en nuestros gustos personales.

¿Querés saber más?

Hace unos meses con Ana de El Nido Creativo dimos un webinar para profundizar en los aspectos de la imagen de marca y cómo utilizar las redes sociales a tu favor para potenciar tu comunicación. El webinar fue en vivo y hubo muchísimas preguntas interesantes. Así que si te interesa, te invito a verlo. Dejame tu mail así te lo puedo enviar ahora mismo.

Lo que nadie te avisa antes de emprender

Lo que nadie te avisa antes de emprender

Si sos emprendedor, probablemente ya te hayas topado con este pensamiento antes. Si aún no lo sos pero lo estás pensando, es mejor que te lo cuente ahora y no te agarre un ataque después: emprender no es fácil! El que diga que emprender es un trabajo de medio tiempo, algo para hacer mientras aparecen trabajos grandes o es algo sencillo para conseguir un dinero extra, lamento decirlo, pero miente. Emprender no es fácil. Pero tampoco imposible.

No estoy escribiendo estas líneas para asustar a nadie, sino porque es algo que me pasa a mí misma con “Sasy”. Cada emprendimiento es diferente y sigue el rumbo de la personalidad que tenga su emprendedor. Por eso, no puedo hablar por todos los casos pero quisiera que charlemos un poco sobre una de las piedras más grandes que tiene esta actividad y con la que seguro todos alguna vez nos tropezamos: las crisis de emprender.

Si seguís mi blog, te habrás dado cuenta que no estuve publicando en varios días, y la razón es una de estas crisis. Nos pasan a todos. Son molestas e inevitables pero son las que más nos ayudan a progresar. Nos empujan a crecer y ser mejores. Aún que sea algo paradójico, si no hay crisis, significa que algo no está bien.

Cuando estas crisis aparecen sin ni siquiera tocarnos a la puerta, solo entran sin avisar, nos pueden generar mil tipos de sensaciones y respuestas diferentes. Y su razón de ser también puede ser muy variada. Estas causas y efectos dependen muchísimo de nuestra propia personalidad y de los tiempos y funcionamientos de nuestro negocio. Por lo que tratar de identificar cada una en un solo post sería una locura. Lo único que podemos tener todos en común frente a nuestras crisis, es en qué hacemos. Porque solo hay dos caminos. Nos detenemos y nos paralizamos, o buscamos la manera de enfrentarlas.

¿Por qué nos surgen crisis?

Si hay algo que tiene este camino emprendedor que nadie me va a poder negar, es que nos llevan a nuestros límites y nos obligan a crecer y avanzar. Las crisis de un emprendimiento son muyyy distintas a las que pueda tener una empresa. Por el simple hecho que el emprendimiento somos nosotros mismos.

En cada producto que hacemos con nuestras manos, en cada nuevo posteo que le escribimos a nuestro público, en cada nueva idea que implementamos, estamos dejando una parte nuestra. Esa es una de las cosas más lindas que tiene este tipo de negocios, son personales, son cercanos, son más humanos y cada cliente se lleva una parte nuestra. Por eso, las crisis que surgen tienen tanto que ver con nosotros. Si nos paralizamos ante una, no tiene que ver con que no estemos preparados para emprender, que no seamos lo suficientemente activos o rápidos para elaborar una solución. Sino que hay algo dentro de nosotros que nos está llamando la atención para poder resolverse.

A veces, es necesario hacer un parate, evaluar la situación, buscarle el origen y darle su tiempo.Nadie nos corre. Tomémonos un momento para pensar porqué nos está costando pasar este problema. ¿Por qué el problema se convierte en una crisis? ¿Qué nos está moviendo por dentro? ¿Qué miedo nos está frenando? Cuando podamos escuchar que nos pasa, seguro la crisis en nuestro emprendimiento desaparezca. Porque como dije antes, el emprendimiento somos nosotros. Por lo tanto, somos los únicos que conocemos a la perfección como llevarlo a buen puerto. No dejemos que nuestros miedos, nos paralicen. Las crisis solo existen mientras las dejemos controlarnos. Y si no lo podemos evitar, solo hay que respirar profundo y darle tiempo.

¿A vos qué te parece? ¿Te suelen frenar las crisis o ya las tenés super dominadas? Si te animás, te invito a contarme qué métodos implementas para superarlas.