4 acciones que realizo para inspirarme antes de diseñar

4 acciones que realizo para inspirarme antes de diseñar

Cuando se trata de realizar una actividad creativa no es raro que se nos presente algún bloqueo de vez en cuando. Por eso, acá te cuento mis cinco trucos para desbloquearme e inspirarme antes de arrancar un diseño.

Nro 1: Desglozar las tareas en pequeñas acciones:

Esto te va a parecer una acción re pava pero la verdad es una de las que más me ayudan a la hora de arrancar cualquier actividad. Desde el colegio que vengo usando esta técnica de forma natural pero hasta hace no mucho tiempo que me di cuenta lo importante que era. Por eso, quiero compartirtela.

A veces cuando pienso en crear una nueva marca por ejemplo, puedo tener algún bloqueo y no sé por dónde arrancar. Entonces en vez de pensar en “Tengo que crear un logotipo” y arrancar a bocetar sin ningún rumbo, lo que hago es dividir esa tarea general en mini acciones. Por ejemplo una buena lista desglosada podría ser:

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Planificar palabras claves como disparadores de conceptos

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Buscar ejemplos de íconos en Behance
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Elegir tipografías sans serif para el logotipo
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Analizar tipografías para la bajada
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Hacer 10 bocetos en papel
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Combinar una de las tipografías sans serif del logo con una para la bajada
Y así sucesivamente. Entonces en vez de pensar en una sola gran tarea, armo mini acciones que me ayuden a ir probando cosas y avanzando de a poco. Además la sensación de ir tachando me motiva a seguir a un ritmo constante y cuando me quiero dar cuenta ya estoy super encaminada en el proyecto.

Nro 2: Buscar referencias en Pinterest y Behance

Buscar referencias siempre fue el primer paso que nos hacían hacer en la Facultad antes de empezar un ejercicio. Al principio me parecía algo sin sentido y bastante molesto pero con el tiempo entendí la importancia de hacer esta actividad antes de comenzar cualquier proyecto.

El objetivo de esta búsqueda no solo es que nos sirva de referencia para ver otros artistas e inspirarnos si no también para hacer un reconocimiento y descartar aquellas ideas que nos parecían geniales pero que ahora nos damos cuenta que ya están agotadas y no son tan interesantes como creíamos. Esto nos obliga a seguir pensando y buscar esa vuelta de tuerca que haga nuestro diseño original.

Para hacer esta búsqueda yo siempre utilizo Pinterest y Behance.

Nro 3: Crear un moodboard en Pinterest

Combinado con el punto anterior, creo que este es tip es un infaltable en cualquier proceso de diseño que arranco para mis clientes. El moodboard es un tablero inspiracional que me ayuda a ver de un pantallaso el estilo al que tengo que apuntar para empezar a diseñar. El sistema consiste en crear un tablero en Pinterest (podés hacerlo secreto si no querés que tus seguidores lo vean) y dividirlo en categorías mediante los subtableros.

Las secciones que armo son:

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Cliente ideal

Acá guardo imágenes que describan a mi cliente ideal. ¿Qué ropa usa?, ¿Qué libros lee?, ¿Cómo sería su habitación, su escritorio, la entrada de su casa?, ¿Qué accesorios usa? y un sin fin de cosas más que me ayuden a ver en forma de imágenes como es su vida y sus intereses.
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Sensaciones

En este subtablero guardo imágenes que reflejen las sensaciones que me gustaría transmitirle a mi cliente. Elijo fotos que tengan colores, formas, cosas, personas con las que asocio mi marca. Así como hice con el cliente ideal, este subtablero me ayuda a identificar de forma visual como es la personalidad de mi propia marca.
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Recursos gráficos

En este último apartado, guardo recursos, tipografías, paletas, estructuras, sitios webs, piezas gráficas, tramas, texturas etc. La idea es que me ayude a encontrar nuevos recursos que me inspiren para desarrollar una identidad de marca fuerte y que esté alineada con los otros dos tableros.
Con estas divisiones, logro tener en un solo lugar una guía gráfica para identificar recursos y objetivos que me ayuden a crear una identidad acorde a los valores y el mensaje que necesito comunicar.

Nro 4: Bocetar en papel combinaciones de letras y símbolos

El viejo truco del lápiz y papel nunca falla. Antes de empezar a probar en la compu, siempre agarro un cuaderno (por lo general, cuadriculado) y empiezo a hacer bocetos a mano. Para eso comienzo a combinar letras y símbolos del nombre o del concepto elegido para la marca. También suelo probar con distintas herramientas. Siempre arranco con un lápiz pero muchas veces paso a probar con marcadores, plumones, acuarelas, etc. A veces los resultados sorprenden muchísimo. Una vez que tengo varias hojas de pruebas hechas paso mis preferidas a la compu para digitalizarlas.
La combinación de estas acciones me permite inspirarme y tener un foco claro antes de sentarme a diseñar. Por lo general, en cada proceso que arranco suelo actividades en el mismo orden que te acabo de describir. Pero vos te invito a que vayas probando la que más te llame la atención.

¿Ya probaste alguna? ¿Cuál te llama más la atención?

¡Contame en los comentarios!

5 razones por las que el color de tu marca no está funcionando

5 razones por las que el color de tu marca no está funcionando

¡Hola! ¿Ya te cansaste de pelear con los colores de tu marca y no sabés qué hacer? ¿Sentís que la paleta que elegiste te está jugando en contra? Capaz estás cometiendo alguno de estos errores sin saberlos. Mirá:

No tiene el suficiente contraste

Uno de los errores más comunes es armar paletas que no tengan el suficiente contraste. Capaz utilizamos colores que juntos generan un juego vibrante y molesto para la vista o colores que funcionan bien por separado pero al unirlos la legibilidad se complica. Veamos algunos ejemplos:

OPCIÓN MUY VIBRANTE

resulta molesto a la vista

POCO CONTRASTE

Cuesta mucho leerlo

Para que esto no suceda, la ideal es hacer varias pruebas de nuestros títulos y textos combinando los distintos colores de nuestra paleta para ver cuál es su límite de legibilidad.

La sensación que genera ese color no se condice con lo que estás comunicando

La elección del color no tiene que estar puesta tanto en el rubro al que te dedicás, si no al sentimiento que querés despertar en el otro. Es decir, el color debe ser un refuerzo a tu mensaje. Hace poco, en un workshop, surgió este ejemplo:

Supongamos que tengo un negocio de nutrición. El verde para este rubro es un color que se usa mucho porque refiere a lo saludable y al cuidado de la alimentación. Si nos ponemos a pensar, la mayoría de los negocios en ese rubro usan el mismo color. Ahora ¿qué pasa si yo quiero comunicar otra cosa?

Supongamos que yo quisiera enseñarles a mis seguidores que comenzar una dieta saludable el lunes a la mañana no es tan dificil. Mi mensaje principal no sería solo hablar sobre comida saludable si no que mi objetivo sería mostrar que hacer una dieta de estas características, no solo le haría bien a su cuerpo si no que también puede ser divertido y sencillo. Con ese mensaje, podría usar una paleta naranja o amarilla, que transmita una sensación de energía y alegría por emprender algo nuevo. De esta manera, me despego de los otros emprendimientos del mismo rubro y mi comunicación toma más fuerza.

Entonces, lo que deberías hacer es pensar en el mensaje principal que querés comunicarle a tu audiencia. Los colores que estás usando, ¿hacen referencia a ese mensaje o a tu rubro?

Tu paleta puede que sea demasiado amplia

El color es el elemento más pregnante de nuestra comunicación. Es lo que la persona va a recordar más facilmente cuando no esté en presencia de nuestra marca. Entonces, si en nuestra paleta elegimos muchos colores diferentes corremos el riesgo de que no tenga la suficiente constancia para que tu público la reconozca como parte de la misma marca.

Al tener muchos colores a los que prestar atención, al cerebro le cuesta más trabajo retenerlos. Entonces, a la hora de tener que recordarlos, el cliente se va a encontrar con una nebulosa y no va a poder identificar correctamente la marca. Por eso, lo ideal es tener unos 5-6 colores como mucho en nuestra paleta.

No tenés una constancia en el tiempo

Si estás cambiando continuamente los colores, tu público nunca va a poder asentar tu marca en sus cabezas. Esto incluye a siempre utilizar el mismo código de color una vez que tengas tu paleta definida. No vale utilizar un color parecido o seleccionarlos a ojo. Si no usamos siempre los mismos colores, la marca se puede ir modificando en el tiempo. El problema aparece cuando nos encontremos con que se modificó tanto que ya no comunica lo que queríamos. Por eso, es importante contar con un manual de marca cuando definimos la identidad de nuestro negocio. En ese manual, deberíamos tener los códigos de color oficiales para utilizar y respetarlos siempre para que tomen fuerza.

¿Estas confusiones te suenan? ¿Querés armar tu propia paleta pero no sabés por donde arrancar?  ¡No te preocupes! ¡Armé un mini curso especial para vos! 

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Ahora, contame.. ¿Cuál es tu mayor dificultad a la hora de elegir los colores de tu marca?

Te leo en los comentarios para resolver todas tus dudas!