No tiene el suficiente contraste
Uno de los errores más comunes es armar paletas que no tengan el suficiente contraste. Capaz utilizamos colores que juntos generan un juego vibrante y molesto para la vista o colores que funcionan bien por separado pero al unirlos la legibilidad se complica. Veamos algunos ejemplos:
OPCIÓN MUY VIBRANTE
resulta molesto a la vista
POCO CONTRASTE
Cuesta mucho leerlo
La sensación que genera ese color no se condice con lo que estás comunicando
La elección del color no tiene que estar puesta tanto en el rubro al que te dedicás, si no al sentimiento que querés despertar en el otro. Es decir, el color debe ser un refuerzo a tu mensaje. Hace poco, en un workshop, surgió este ejemplo:
Supongamos que tengo un negocio de nutrición. El verde para este rubro es un color que se usa mucho porque refiere a lo saludable y al cuidado de la alimentación. Si nos ponemos a pensar, la mayoría de los negocios en ese rubro usan el mismo color. Ahora ¿qué pasa si yo quiero comunicar otra cosa?
Supongamos que yo quisiera enseñarles a mis seguidores que comenzar una dieta saludable el lunes a la mañana no es tan dificil. Mi mensaje principal no sería solo hablar sobre comida saludable si no que mi objetivo sería mostrar que hacer una dieta de estas características, no solo le haría bien a su cuerpo si no que también puede ser divertido y sencillo. Con ese mensaje, podría usar una paleta naranja o amarilla, que transmita una sensación de energía y alegría por emprender algo nuevo. De esta manera, me despego de los otros emprendimientos del mismo rubro y mi comunicación toma más fuerza.
Entonces, lo que deberías hacer es pensar en el mensaje principal que querés comunicarle a tu audiencia. Los colores que estás usando, ¿hacen referencia a ese mensaje o a tu rubro?
Tu paleta puede que sea demasiado amplia
El color es el elemento más pregnante de nuestra comunicación. Es lo que la persona va a recordar más facilmente cuando no esté en presencia de nuestra marca. Entonces, si en nuestra paleta elegimos muchos colores diferentes corremos el riesgo de que no tenga la suficiente constancia para que tu público la reconozca como parte de la misma marca.
Al tener muchos colores a los que prestar atención, al cerebro le cuesta más trabajo retenerlos. Entonces, a la hora de tener que recordarlos, el cliente se va a encontrar con una nebulosa y no va a poder identificar correctamente la marca. Por eso, lo ideal es tener unos 5-6 colores como mucho en nuestra paleta.
No tenés una constancia en el tiempo
Si estás cambiando continuamente los colores, tu público nunca va a poder asentar tu marca en sus cabezas. Esto incluye a siempre utilizar el mismo código de color una vez que tengas tu paleta definida. No vale utilizar un color parecido o seleccionarlos a ojo. Si no usamos siempre los mismos colores, la marca se puede ir modificando en el tiempo. El problema aparece cuando nos encontremos con que se modificó tanto que ya no comunica lo que queríamos. Por eso, es importante contar con un manual de marca cuando definimos la identidad de nuestro negocio. En ese manual, deberíamos tener los códigos de color oficiales para utilizar y respetarlos siempre para que tomen fuerza.
¿Estas confusiones te suenan? ¿Querés armar tu propia paleta pero no sabés por donde arrancar? ¡No te preocupes! ¡Armé un mini curso especial para vos!
Aprendé a crear tu paleta en 3 días.
Es gratuito y te llega directo a tu email. Para eso, registrate acá abajo:
Ahora, contame.. ¿Cuál es tu mayor dificultad a la hora de elegir los colores de tu marca?
Te leo en los comentarios para resolver todas tus dudas!